1-Es necesario identificar objetivos de forma realista. Esto quiere decir que hay que conocerse y entender la situación y el contexto que rodea al negocio. De igual forma, hay que actuar con un plan
y no de forma reactiva frente a los acontecimientos del mercado.
2-Saber priorizar. Esto es muy fácil y quiere decir que debe atenderse solo la información relevante, sin perder tiempo en chismes, suposiciones o contenido que haga ruido en vez de sumar. Hay que evitar el autoengaño, así como dejarse llevar por prejuicios.
3-Pensar con creatividad y mantenerse actualizado de conocimientos. Darle espacio a la innovación siempre es una apuesta ganadora. Y es que al tener más opciones e ideas antes de decidir, se potencia el pensamiento estratégico. Lo esencial en este punto es nunca ponerse límites y evaluar que en el mundo hay múltiples alternativas y soluciones a los problemas.
4-Saber que la incertidumbre existe y aprender a manejar el estrés. Ningún emprendedor puede pretender saber las consecuencias futuras de sus acciones o los retos que surgirán en su entorno, pero cuando se tiene mente fría y serenidad para asumir cambios e imprevistos, es cuando se toman decisiones acertadas.
5-Evaluar, actuar y analizar. Una decisión que no se traduce en una acción, no tiene sentido. Por ello, es fundamental ejecutar los planes e ideas, pero también hay que sentarse a hacer los balances correspondientes para que en el futuro se pueda optimizar el proceso gerencial y el liderazgo emprendedor.
¿Agregarían otra recomendación? Cuéntenme, cómo toman ustedes decisiones en sus emprendimientos