Son capaces de expresarse emocionalmente y producir reacciones faciales.
En el mundo de la tecnología, el desarrollo de robots humanoides siempre han sido un deseo que ha formado parte de la imaginación y el cine y la televisión. Sin embago, diversas empresas alrededor del globo se han dedicado a crear sus propios modelos, buscando crear máquinas cada vez más sofisticadas y capaces. Entre los casos más destacados se encuentran Optimus de Tesla, capaz de realizar tareas y dar paseos, y Atlas de Boston Dynamics, que cuenta con una versión eléctrica y mejorada.
Sin embargo, es en China donde se está dando un impulso especialmente fuerte a esta tecnología: Se ha convertido en un líder en el desarrollo de robots humanoides, fabricando máquinas que no solo son capaces de imitar movimientos humanos, sino también de transmitir emociones. Un avance tecnológico que abre un sinfín de posibilidades para el futuro.
La empresa china Ex-Robots, con sede en la ciudad costera de Dalian, se encuentra a la vanguardia de este desarrollo. Sus ingenieros llevan años trabajando para lograr que sus robots humanoides repliquen las expresiones faciales y emociones de los seres humanos. Un objetivo que parece haber alcanzado gracias a la integración de tecnología de reconocimiento de emociones, tal y como informa la agencia Reuters.
Periodistas de Reuters han tenido la oportunidad de visitar la bulliciosa fábrica de Ex-Robots, donde han podido presenciar de primera mano el proceso de creación de estos robots humanoides. Describen un espacio lleno de actividad, donde los ingenieros esculpen y ensamblan las máquinas con precisión, dotándolas de una amplia gama de movimientos faciales para transmitir emociones con exactitud.
La fábrica está dividida en diferentes áreas, cada una dedicada a una etapa específica del proceso de construcción. Se pueden observar mesas ordenadas con máscaras, brazos y pies de silicona, así como cabezas que parecen increíblemente humanas. Junto a ellas, robots humanoides en distintas fases de desarrollo completan el panorama. Las paredes de la fábrica no solo albergan máquinas, sino también dibujos y planos que ilustran el proceso creativo detrás de estas maravillas tecnológicas.
Uno de los principales objetivos de los ingenieros de Ex-Robots es lograr que sus creaciones tengan un nivel de realismo tal que sea difícil distinguirlas de un ser humano. Para ello, se enfocan en perfeccionar los movimientos faciales y las expresiones emocionales, buscando emular con precisión las reacciones naturales del ser humano.
Li Boyang, CEO de Ex-Robots, destaca la importancia de la inteligencia artificial en el desarrollo de estos robots. “Hay muchos modelos y algoritmos básicos que suelen ser de código abierto y que todo el mundo utiliza. Sin embargo, nosotros nos centramos más en cómo hacer que la IA reconozca y exprese expresiones y emociones”, explica Boyang.
Los robots humanoides de Ex-Robots no solo son capaces de reconocer emociones, sino también de imitarlas. Si una trabajadora de la empresa mueve la cabeza, sonríe o saca la lengua, el robot hará lo mismo gracias a unos diminutos motores instalados en su cabeza. “También estamos trabajando en el modelo de base. El modelo que estamos fabricando es multimodal y capaz de expresarse emocionalmente. Puede percibir el entorno que le rodea y producir la reacción facial adecuada”, añade Boyang.
La creación de un robot humanoide de Ex-Robots es un proceso meticuloso que requiere entre dos semanas y un mes.
Si bien, por el momento Ex-Robots se ha centrado principalmente en la fabricación de robots para exhibiciones en museos -uno de los cuales se encuentra en la propia fábrica-, la empresa tiene planes ambiciosos para el futuro. Boyang cree que estos robots desempeñarán un papel cada vez más importante en sectores como la salud y la educación.
“El asesoramiento psicológico y la salud son sin duda futuros escenarios de aplicación. Actualmente estamos llevando a cabo investigaciones relacionadas, como el tratamiento auxiliar y la detección preliminar de trastornos emocionales y psicológicos. Además, creo que la interacción emocional tiene aplicaciones más amplias en campos de servicios, como los dirigidos a los niños”, concluye el CEO.
Fuente de la Noticia: fayerwayer
Imagenes utilizadas: generadas por la I.A. COPILOT
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