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El misterio de la creatividad


Todos necesitamos de la creatividad, seamos artistas, abogados, cocineros, maestros o banqueros. Pero la creatividad no es algo que se decrete, y muchas veces parece que tuviera voluntad propia: hay días en que nos sentimos muy creativos y otros en que la misma no aparece por más que la busquemos hasta debajo de las piedras.


Sin embargo, hay algunas actitudes que podemos adoptar para favorecer su surgimiento. Muchas veces estamos tan embotados en nuestro trabajo que no nos damos cuenta de que lo que necesitamos es una pausa para despejar nuestra mente: la creatividad no aparece solo porque se lo ordenemos, pero podemos trabajar en las condiciones para que su salida a la superficie sea más probable.


Gary Player, uno de los mejores golfistas de la historia, decía algo sobre la suerte que muy bien puede aplicarse también a la creatividad: “Mientras más entreno, más suerte tengo”. Las musas pueden aparecer en cualquier momento, así que lo mejor es que nos encuentren trabajando.


También puede ser estimulada, podemos trabajar en ella, como con cualquier otra aptitud humana. Hay individuos que la tienen más desarrollada que otros de forma innata, pero todos podemos incentivarla, educarla. Y para ello hay dos factores que tienen un lugar preponderante: la pasión que tengamos a la hora de llevar a cabo determinada tarea y la persistencia.


Lo primero que tenemos que entender es que la creatividad no está relacionada únicamente con los ámbitos artísticos, sino que involucra todas las facetas de nuestra existencia y nos puede ayudar a ser más productivos en nuestro trabajo, cualquiera que sea.


Hay un documental muy interesante en Netflix, titulado “The creative brain”, que está basado en el libro “The Runaway Species: How Human Creativity Remakes the World”, escrito por el neurocientífico David Eagleman en colaboración con el compositor Anthony Brandt. Uno de sus autores, Eagleman es el narrador y host del documental, que explora sobre el proceso creativo en áreas diferentes como la ciencia y el arte, mostrando cómo funciona la creatividad en el cerebro.


Además de estar conscientes de su importancia, hay que saber que la creatividad tendrá más posibilidades de surgir si nuestra mente está activa en todo momento, y esto significa no dar nada por sentado, cuestionar cualquier estándar por más asumido que lo tengan los demás. Esto implica tomar riesgos, estar dispuestos a salir de nuestra zona de confort, adiestrarnos constantemente para aprender a pensar “fuera de la caja”.


Incluso los más grandes genios que ha visto la humanidad: Albert Einstein, Leonardo da Vinci, Marie Curie, Isaac Newton, Wolfgang Amadeus Mozart, Galileo Galilei, Aristóteles, Charles Darwin, Nikola Tesla y Stephen Hawking, se han tomado un tiempo (y muchos fracasos) para alcanzar su faceta más creativa, y han atravesado varias crisis en el camino.


A la creatividad puede llegar de la forma más inesperada, pero también existen métodos para favorecer su aparición. En los grupos es muy útil en este sentido la llamada lluvia de ideas (brainstorming), por ejemplo. Pero a nivel individual también es conveniente resolver problemas de pensamiento lateral, de modo que aprendamos a buscar soluciones nada ortodoxas a ciertas situaciones planteadas.


Otra actividad que resulta productiva para potenciar la creatividad es realizar diagramas de las ideas que se tienen y de las relaciones múltiples de causa y efecto entre las diferentes variables que existen en cualquier proceso. Para ello, se pueden aprovechar técnicas como los mapas conceptuales, la clasificación de ideas o el diagrama de espina de pez.


En cualquier caso, lo importante es entender que la semilla de la creatividad está dentro de todos nosotros, y de nosotros depende regarla, cuidarla y cultivarla.

¿Te sientes creativo o crees que podrías hacer algo para potenciar tu pensamiento lateral? Déjanos saber tu opinión en los comentarios.


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