El uso de las apps para teléfonos móviles cambió la dinámica del mercado, y no es de extrañar: según un estudio de la compañía Flurry Analitycs el usuario promedio pasa cinco horas diarias viendo su teléfono, y la mitad de este tiempo lo emplea utilizando alguna aplicación.
Por eso es importante que una empresa, especialmente si se trata de una empresa emergente con uso intensivo de tecnología trabaje en la creación de una app propia.
Primero que nada, eso permitirá que se dispare la rentabilidad de la compañía, pues se ofrecerá al usuario el empleo de diferentes métodos digitales para que efectúe sus compras de manera rápida y segura. A su vez, esto se traducirá en una mejora del flujo de ventas y en la fidelización de los clientes existentes.
El posicionamiento de la empresa también mejorará, pues siempre estará presente y accesible en el teléfono del usuario, sin que éste tenga que ingresar a la web o a servidores de terceros. Asimismo, el hecho de tener presencia en las tiendas de Google Play y iTunes permitirá dar mayor credibilidad y visibilidad al negocio.
La innovación tecnológica que hoy exige el cliente medio es algo que estará garantizado con una app, que además cuenta con modelos escalables de modo que pueden mantener su vigencia en el tiempo. Además, las aplicaciones son tan versátiles que permitirán ofrecer nuestros productos y servicios de forma original.
Una app ofrece al usuario la impresión de que el servicio está hecho a su medida, y eso permitirá una mayor identificación con nuestra marca. Es una manera más personal, más “humana” de tratar al cliente, de guiarlo en todo el proceso de compra.
También permitirá contar con más información sobre nuestros clientes, una mayor interacción con ellos, pues las llamadas “push notifications” impulsan las conversaciones sobre novedades y contenido de nuestros productos y servicios. Y mientras más información tengamos mejores decisiones estaremos en capacidad de tomar.
Por último, hay que indicar que las apps optimizan los sistemas de atención al cliente, pues están en la capacidad de integrar la inteligencia artificial para ofrecer respuestas inmediatas y personalizadas, así como integrarse a programas de Customer Relationship Management y sistemas omnicanal.
En resumen, los principales beneficios que ofrecen las aplicaciones móviles a las marcas corporativas y negocios son:
Dan fortaleza a la marca
Mejoran su visibilidad
Son aliadas del crecimiento de las ventas
Optimizan los vínculos con los clientes
Permiten tener una base de datos
Permiten contar con acciones de marketing directo
Mejoran la atención al cliente
Pero también los clientes obtienen grandes ventajas con las apps. Por ejemplo: tienen facilidades para ver los productos o servicios de un negocio; pueden recibir ofertas de lanzamiento o promociones especiales; tienen una comunicación directa con la marca que están consumiendo; acceden rápidamente y en un mismo lugar a datos de la empresa como ubicación y precios; entre otros.
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